Nuestra Historia

El Toque de los Ángeles nació del dolor más profundo y del amor más puro. Todo comenzó con dos madres que enfrentaron la pérdida de sus hijos, en circunstancias diferentes, pero igualmente devastadoras.

Una de ellas perdió a su hijo de manera repentina mientras era estudiante universitario, lleno de sueños y metas que quedaron inconclusas. La otra vivió la dolorosa partida de sus dos hijas tras una larga lucha contra una enfermedad, dejando un vacío irreparable en su hogar.

Aunque sus historias eran diferentes, ambas encontraron en la compañía mutua una forma de sanar. Entendieron que el duelo no tiene por qué vivirse en soledad, y que juntas podían transformar su dolor en una misión más grande: ayudar a otras familias a encontrar esperanza en medio de la pérdida.

Hoy, El Toque de los Ángeles es mucho más que la historia de dos madres. Somos una comunidad de mujeres y familias que han enfrentado la pérdida de un ser querido, pero que, a pesar del dolor, han decidido reconstruir sus vidas apoyándose mutuamente. Desde nuestra sede en Pasto, Nariño, Colombia, una región que enfrenta grandes dificultades económicas y ha sido profundamente afectada por la violencia, trabajamos para brindar acompañamiento, consuelo y herramientas que permitan a las familias sanar y salir adelante.

A pesar del inmenso dolor, comprendimos que no estábamos solas. Al compartir nuestras historias, encontramos fortaleza mutua y un propósito: acompañar a otras madres y padres que enfrentan la misma tragedia, para que no tengan que recorrer este camino en soledad. Así nació El Toque de los Ángeles, una fundación con el corazón puesto en brindar apoyo, esperanza y consuelo a quienes enfrentan la pérdida de un ser querido.

Por eso, más que una fundación, buscamos ser una comunidad que sostiene, abraza y guía, ayudando a transformar el dolor en fuerza, y el duelo en una oportunidad para reconstruir la vida con amor y esperanza.

A través de talleres, grupos de apoyo y programas diseñados para sanar, hemos visto cómo el amor y la solidaridad pueden marcar una diferencia real en la vida de quienes más lo necesitan.

Nuestra historia no solo habla de pérdidas, sino también de resiliencia, de la posibilidad de encontrar luz en los momentos más oscuros y de la fuerza que nace de compartir con otros.

Te invitamos a ser parte de esta misión. Ya sea como madre, padre, voluntario o donante, juntos podemos construir un camino de esperanza para más familias en duelo. ¡Acompáñanos en esta labor y ayudemos a transformar vidas!